El otro día estaba viendo unas fotografías
de gotas y pensé en probar a hacer algo similar. Dicen que al principio se
aprende imitando, así que nada humilde elegí las fotos que más me impactaron.
El primer día lo intenté con
iluminación artificial, focos y flash y trípode. La cámara la dejé en manual
que es como me suele dar más juego. Puse cartulinas de colores para el fondo y
armé el escenario en mi habitación, todo muy parecido a las fotos que había
visto. Conclusión, no logré ni una sola foto que se mereciera un lugar mejor
que la papelera de reciclaje.
Hoy, sin embargo, decidí aprovechar
el verano que parece que de una vez por todas está llegando. Así que dejé las
fotografías espectaculares que había visto a un lado y con luz natural, muy
potente eso sí, la cámara en mano, nada de trípodes, y enfoque manual conseguí
algo que no me disgusta tanto, por eso he decidido compartirlo. Usé una
apertura de 5.6 y una velocidad de obturación de 1/1000.
No usé ningún fondo especial, tiene
un tono anaranjado porque la fachada de la casa es naranja.
En cuanto a qué utilicé, os diré
que me bastó con un par de sillas, un vaso lleno de agua, un paño, un palo de
escoba y más agua. Las dos sillas la usé para sujetar el palo de escoba, que
coloqué encima del vaso. Sobre la escoba puse un paño que iba mojando y que fue
el que vertía las gotas mientras yo intentaba enfocar y fotografiar. Hace falta
algo de paciencia, pero es un buen ejercicio.
Aún
tengo un largo recorrido en la fotografía de gotas, pero creo que es un primer
paso nada desdeñable. Os dejo tres de las fotografías que saqué. ¿Lo intentáis?